lunes, 17 de diciembre de 2007

Queridos Reyes Magos:

¡Ay caramba, carambita, carambola! Resulta que mis vecinos tenían un perro. Se llamaba Zar, pero era negro como el tizón. Era un auténtico vigilante pues ladraba a todos los desconocidos. Por la noche nadie se acercaba a mi barrio.
Lamentablemente ya no está. No ha muerto, lo que ocurre es que mis vecinos se han mudado después de unos trece años compartiendo pared. Una lástima.
Nunca tuvimos ningún problema con ellos, eran cautos y reservados en su justa medida. Además el padre me atendía siempre que llegaba lesionado a casa, es médico. La madre un 'trozo de pan'. El matrimonio tenía tres hijos, el mediano de mi edad. Todos fuimos grandes amigos en la infancia, aunque poco a poco se fueron perdiendo las costumbres.
Ahora solo queda esperar a ver quién viene. Igual mi regalo estas navidades es una chica de mi edad, simpática, guapa y con ganas de mantener relaciones sexuales sin compromiso. No fuera malo...

1 comentario:

  1. ¡ No sueñes demasiado!, mis vecinos también se trasladaron hace dos años, pero es mi profesor de matemáticas que se instaló frente a mí casa! ¡ A menudo, cuando abría mis postigos por la mañana, me encontraba cara a cara con él! ¡ Súper!

    ResponderEliminar