martes, 26 de mayo de 2009

XXX Bécquer

Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
 
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿por qué callé aquél día?
Y ella dirá: ¿por qué no lloré yo?
 

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